martes, 26 de julio de 2016

Actividad 3. Utilización de los alimentos


La valoración que se hacen de los alimentos de las distintas sociedades tiene que ver con la pertenencia que hacen de la seguridad alimentaria, entendiéndose esta con la posesión de bienes de consumo no perdurables y que hacen de quienes lo detentan, sentirse plenos y seguros para dar otros pasos de logros en sus vidas.

Las costumbres, las ideologías hacen que las llamadas preferencias culinarias tengan variantes disímbolas entre los países y entre las regiones, algunas con prácticas controversiales o no muy bien vistas desde otros ángulos de las sociedades.

Los gustos por alimentos también conocidos como de temporada, son algo típicos de las poblaciones, que aluden a celebraciones locales que refuerzan su sentido de identidad.

Las ofrendas de corte religioso o por eventos conmemorativos es muy común en ciertas zonas del centro y sur sureste sobre todo de nuestro país.

A todo esto hay que mencionar lo relativo a la inocuidad en los alimentos, ya que no basta con solo saber producir o incluso vender la producción, si no que esta vaya aparejada de un proceso de sanidad y precautorio de buenas prácticas de manejo, además de las medidas fitosanitarias o zoosanitarias necesarias para conocer la trazabilidad de la generación de los alimentos y verificar el cumplimiento de los ordenamientos establecidos por las autoridades competentes., ya que en caso contrario prácticas cómo el riego con aguas residuales para productos de consumo humano o utilización indiscriminada de pesticidas prohibidos o de uso restringido, así como anabolizantes, hormonales, entre otros, causarían severos daños a la salud e integridad de las personas.

Es por esto que la suscripción mediante tratadas internacionales o convenios en específico de nuestro país con agencias internacionales, redunda en que nuestros productores cuenten con las herramientas necesarias como el caso significativo del CODEX.

Aunado a todo lo ya mencionado, es de resaltar el valor nutricional que se la da a los alimentos, que independientemente de sus características organolépticas como el sabor, olor, color, etc., debe analizarse con detenimiento su aporte calórico y nutritivo en función de los principales componentes nutricionales que le sean atribuidos.

Sin embargo, a todo lo anteriormente ya mencionado, habría que considerar los aspectos negativos en relación a la utilización de los alimentos y que ya inferíamos en párrafos anteriores, como lo es el consumo indiscriminado de los alimentos conocidos como chatarra, que tienen un valor nutritivo escaso o nulo y un aporte calórico considerable, que aunado a las hábitos poco recomendables de las actuales poblaciones humanas con el sedentarismo, provocan serios problemas de salud incluso en épocas juveniles.

También la preparación cuenta mucho en el aprovechamiento de los alimentos cotidianos o más comunes y si estos son cocinados mediante leña o carbón con una extracción no sustentable, impregnándose de humos frecuentes que a la larga dañen la salud de quienes los preparan en sus vías respiratorias o en los llamados ahumados que tienen connotaciones contradictorias a la salud en el mediano plazo.

Los hábitos y prácticas alimentarias en horarios, suficiencia, etc., nos permiten asegurar los niveles adecuados en períodos de vida trascendentes para el ser humano, como la niñez, la edad senil o el tiempo de embarazo de las mujeres fértiles, todo lo que redundará en una sociedad con una alimentación que se precie de ser más equilibrada y justa para un desarrollo armónico.

Otra cuestión innegable, es la que conlleva prácticas de sufrimiento animal en las unidades tipo industrializadas de explotación y que ya no son tolerables de acuerdo a las actualizaciones de las normas internacionales, y que en ciertos establecimientos comerciales tanto de venta como materias primas y ya como alimentos preparados  también, no tienen ética ni pudor y los comercializan abiertamente.

La utilización de los alimentos, también pudiera verse, como una forma de especulación comercial, tanto en los mercados globales a través de las llamadas “commodities” como en los mercados locales, con los clásicos acaparadores.

 

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